Semana de volver a los entrenos, después de la tendinitis en el antebrazo post-Tabarca. En resumen ha salido:
- L:2900 metros de natación: Entrenamiento de series cortas ( 25 y 50) y finiquitando con un 11x100 saliendo cada 1:45. Durillo para ser lunes.
- M: 30 minutos de carrera continua:
calentamiento + 2x3000 a ritmos de unos 5:30 el primero y de 5:20,
acabando el último 1000 en 4:40 min /km. En total, 6,37 km a 165 ppm de
media (89%) y 499 kcal consumidas.
- X: 3000 metros de natación: Día con algo de técnica y un 3x400 a ritmo medio (6:10, 6:00, 6:10).
- J: 26 km de bici de carretera: 13 + 13 de ida y de vuelta a la Universidad.
Durante el finde, Copa del Mundo de Hamburgo, con ausencias notables:
En la carrera de chicos, carrera muy rápida con abandono de Mario Mola y segundo puesto de Noya, ofreciendo un gran estado de forma, dejando el primer puesto al sudafricano Murray en el sprint final.
En chicas, dominio aplatastante de las australianas, con Ainhoa Murúa 9ª, Marina 22, Zuriñe 29 y Carolina 39.
Para empezar esta crónica – ladrillo, me gustaría empezara a hablar de la Isla y de mi relación con
ella. Me considero una persona afortunada, ya que desde la ventana de mi
despacho veo Nueva Tabarca a diario, y he buceado en ella decenas de veces tanto
por placer como por trabajo, disfrutando de sus aguas cristalinas que albergan
una gran riqueza de especies. Así que cuando un compañero me comentó que
quedaban pocas plazas para la travesía, me apunté casi por “inercia”, y
reconozco que me cogió por sorpresa estar seleccionado.
A partir de dicha selección, enfoqué mi entrenamiento más
hacia la natación, metiendo más carga de piscina que del resto (por otra parte
como viene siendo habitual), e incluso haciendo alguna salida al mar,
aprovechando que el tiempo era favorable. Eso sí, la última semana sólo una
sesión, por ocupaciones varias…
El día T empezó rondando las 4:00 AM, levantándome para
darle el biberón a mi churumbel. Extrañamente (ya me pasó en el Tricross de
Santa Pola) no tenía ningún tipo de nervios, así que desayuné tranquilamente, y
volví a revisar el material que pensaba llevarme a la Travesía (dos gafas, dos
bañadores, vaselina, chanclas, toalla, etc.).
A las 5:00 AM (con la sensación de que aún no estaban
puestas las calles) me recogían en el Stadio JL y Her Mi, de ahí pasamos a por
Dani, y cerca de las 6 recogíamos el dorsal en el puerto de Santa Pola,
alrededor de muchísima gente y de una organización elogiable. Después de un
cambio de aguas in extremis, nos
embarcamos en la última tabarquina, empezando a desgranar la “táctica” y viendo
la línea de boyas. Y sí, en ese momento te empiezas a dar cuenta de la
distancia real que hay entre la Isla Plana
y la línea de costa, y no era precisamente poca. Eso y la ligera brisa de
lebeche / corriente en contra que se apreciaba.
Foto cortesía de Her Mi (en realidad robada vilmente de su FB).
Juraría que en esos momentos era de noche...
Llegamos al puerto, salimos prácticamente los últimos y nos
vamos a la playa. Dejamos las cosas que recogeremos a la vuelta, vamos
tranquilamente hacia la orilla y de repente escuchamos un bocinazo. “¿YAAA?”.
Pues sí, daba comienzo la travesía y yo con el gorro a medio poner, al final de
toda la marea humana y sin las gafas. Me pongo las gafas (eso sí, sin prisa),
nos vamos metiendo al agua entre bromas y empezamos a nadar, con calma. Y lo de
con calma es porque saliendo en la posición que lo hicimos, creo que pasamos la
primera boya nadando más a braza que a crol, incluso parándonos a ratos.
Al pasar la primera boya y ya girar hacia Santa Pola, se
empieza a notar el oleaje y la corriente. Vale, cualquiera del norte diría que
no era nada, y de hecho no era “casi” nada, pero las mini-ondas y la
mini-corriente se notaban algo. De muestra, un vídeo que han colgado por ahí.
La táctica decidida tras largas discusiones (dos frases en
la playa) era ir un compañero (José Luis) y yo en paralelo, hasta que uno de
los dos petara o el otro quisiera tirar fuerte. Entre tanta gente y con el mar
movido, simplemente nos vamos vigilando mientras pasamos el primer Km., paramos
un poco a braza para comentar sensaciones, seguimos para el segundo Km. donde
paramos otro poco para ver qué tal vamos, etc.
En el tercer Km. había un barco que daba avituallamiento
(una botella de agua dulce), donde paramos (otra vez) para beber, des-beber, y
charlar amigablemente sobre cualquier cosa. Vamos, un piss-stop de 3-4 minutazos, donde nos faltó pedir una cañita y unas
bravas…
Y de ahí, llevando ya la mitad del recorrido, sólo nos
faltaba descontar. Ir más o menos concentrado en la brazada, alargando y
deslizando, mirar de vez en cuando hacia las boyas para no desviarnos mucho, y
distraernos con el fondo de Posidonia
oceanica que teníamos bajo nuestros pies.Y seguir hablando de vez en cuando.
Allá por el Km. 5 el fondo empieza a cambiar y a
enturbiarse, se vuelve más arenoso y nos indica lo cerca que está ya el arco de
meta. Se impone un pequeño apretón de ritmo, hasta que las manos empiezan a
tocar el fondo y nos ponemos de pie. Todo el mundo va andando tranquilo, con
una sonrisa en la cara hacia el arco de meta, así que por una vez no hacemos la triatleta, y cruzamos el arco
de meta tras 2:11:43, charlando como si acabáramos de salir de casa.
Después de las fotos de rigor, y del paso por las duchas
toca lo mejor de la travesía: EL AVITUALLAMIENTO. Y las cosas como son, a mí me
pareció excelente, ya no sólo por la cantidad y variedad sino por hacerlo
debajo de una carpa protegidos del sol. Y si bien en la travesía acabé a media
tabla, si hubiera habido clasificación de zampadores, estoy casi seguro que
habría hecho TOP-3…¡¡que había que amortizar la inscripción!! Entre helado,
trozo de coca y rodaja de sandía voy saludando a algunos conocidos: Dani (el
tercero del Stadio) aparece al rato, los hermanísimos Felio y Carlos, Antonio
David, Pableras, los compis de detrás de la tabarquina, y alguno más que se me
olvidará. Y todo el mundo con el que hablo destaca que ha sido una travesía
lenta, entre 15 a
20 minutos más lenta que en condiciones de mar en calma total.
Resumiendo (que ya va tocando): puesto 439 (194 de mi categoría) para 2:11:53.
No demasiado contento con el tiempo, ni con las sensaciones, ya que creo que
dosificamos mal siendo demasiado reservones (en román paladino nos tocamos las
OO a dos manos). También es cierto que me sentía genial en la llegada, sin
cansancio, pero el resto de semana lo pasé con una tendinitis en el antebrazo
derecho, debida seguramente al golpeteo al entrar dicho brazo.
Y, pese a jurar y perjurar que seguramente no vuelva a hacer
dicha travesía por el considerable madrugón, me he quedado con ganas de
repetir, esta vez con un enfoque algo más competitivo (de los de llegar sub-2 o
petar a media travesía). Así que si el año que viene me cuadra y tengo suerte
en el sorteo… allí nos veremos.
Últimamente ando algo ocupado, sumando al poco entreno que he tenido estas dos semanas previas a la Travesía han hecho que no actualice el blog. En resumen en esta quincena he hecho:
- M1:40 minutos de carrera continua: 2x4000
haciendo 3000 a ritmo suave (5:40 - 5:50 el km) y el último 1000
apretando (a unos 4:30 el km). En total, 156 ppm de media (84%) y 658
kcal estimadas.Un día de carrera y charla con Mariola.
- X1: 3000 metros de natación: 1000 calentamiento + 4x(400 + 100 e/b). Ojalá todos los días jugara España en fútbol, la piscina estaba desierta....
- V: 2000 metros de natación: entreno de acuatlón en la Albufereta, en mi caso un recorrido entre boyas hasta una playa cercana, y media vuelta. Agua clara, viendo el fondo y con el mar casi perfecto.
- L2: 1000 metros en la piscina de casa: entreno casi testimonial...
El domingo hice la travesía Tabarca - Santa Pola (crónica-ladrillazo en breve), acabando más o menos a media tabla. Mientras la escribo, dejo una foto en la línea de meta con Jose Luis, compañero del Stadio con el que hice toda la travesía en paralelo.