viernes, 12 de febrero de 2016

II Marcha Sport Club (31-I-2016)



           Una de mis asignaturas pendientes siempre ha sido la MTB. De jovenzuelo era mi principal deporte, y con el paso de los años fui flaqueando, en principio de forma figurada, y después literalmente a favor de la flaca. Y no será por máquina, ya que con la Cube de 29" estoy francamente contento, e incluso ya estaba probada en competición (Tricross de Santa Pola 2014).

          Así que siendo desde 2015 del Club Apedales, era cuestión de tiempo acabar haciendo alguna marcha / competición con ellos. En 2015 me quedé con las ganas, así que a la primera marcha a la vista de 2016, cortita y cerca de casa, no podía decir que no.

          No aburriré con la preparación previa, viendo el circuito varias veces y tal, incluso demasidas para lo que acostumbro. Con la bici recién revisada (error 1), quedamos en la tienda "pronto" y nos vamos para Orgegia rodando suave y afilando los cuchillos. La táctica que se comentaba era salir a tope para llegar de los primeros a la primera subida, y así evitar el previsible tapón; mi táctica consistía en tomármelo con más calma (error 2).

          Podría explicar el ambientazo en la salida, el buen rollo con la grupeta del club y demás, pero creo que una imagen vale más que mil palabras:


          Dorsal, bridas (siempre se me olvida la tijerita de marras), damos una vuelta, cambio de agua al canario, y ya nos vamos a la cámara de salida. Aún yendo media hora antes, me puse más o menos en la mitad para detrás y a esperar el pistoletazo de salida. 

          Mi idea era salir de menos a más, así que cuando dieron la salida y conseguí pasar el arco de meta, simplemente puse ritmo medio y me dejé llevar. En la primera subida ya empezó a estrecharse la cosa, aunque podía seguir subiendo a mi ritmo e iba adelantando poco a poco a algunos. Hasta el primer sendero, que me comí un taponazo de 3-4 minutos parado (consecuencia del error 2)


          Llegamos al mirador, adelanto a dos in extremis, seguimos por la senda de la ladera intentando no pasar por encima al de delante, volvemos a senda ancha, giro y bajada de Eric tocando frenos por un tapón delante. Durante parte de la subida notaba muy cargados los cuadriceps, así que al terminar la de Eric y empezar a subir miro la tija y veo que se está bajando poco a poco. Parada técnica para volver a subirla y apretarla (consecuencia del error 1) y a intentar volver a recuperar los puestos perdidos. 

          A partir de aquí llaneo, intentando coger a un grupito que llevaba delante y sin subir las pulsaciones, que iba bastante pasado. Subiendo hacia el examen me animan, así que... Rock & Roll


           La subida del Examen la intenté hacer montado, pero no hubo manera; bajo de la bici y subo con ella corriendo a lo ciclocross hasta arriba, donde consigo adelantar a dos o tres que taponaré en la larga bajada. Allí abajo cojo a un compañero de club, con el que hago el tramo de ligera subida a rebufo del viento de cara que hacía, y donde ya empieza a estirarse la cosa. Sorprendentemente me encuentro con fuerza, así que sigo mirando de reojillo las pulsaciones mientras voy moviendo ágil el desarrollo. 


          En toda esta zona, así como en la de Villafranqueza voy cogiendo a alguno de vez en cuando, ganando alguna posición. Con un calorazo de narices (y más para ser enero), empiezo a sobrecalentarme, por lo que decido quitarme los manguitos, teniendo que pararme (otra vez) porque se me cae uno al suelo. Genial, me cuestan 20 minutos adelantar a un grupito que llevaba delante y pierdo todo ese tiempo por no encestar bien en el bolsillo del maillot (de hecho, me los acabé metiendo en el pecho)

          Pasamos al otro lado de la carretera, y sigo encontrándome con fuerzas (¡y ánimo!) para subir Caracoles a buen ritmo. En la cuesta del Palamó si pongo pie a tierra, pero sigo más o menos a un ritmo buenecillo. Bajada de Caracoles, para variar, con alguien delante haciendo tapón y ya toca el penúltimo sube - baja, con el costarrón infernal de asfalto en medio. Sí, hay foto mía sufriendo ahí:
 

          Bajada más o menos rápida, y en una de las losas hay fotógrafos para inmortalizar el momento. Y como se puede comprobar, iba con cara de sufrimiento hasta bajando.


           Encaro ya la última subida de Juan XXIII con mucho ánimo (por eso de ser la última), y consigo hacerla del tirón sin desmontar (a molinillo por supuesto). Última bajada larga y divertida, bajo con una sonrisa pensando en esas curvas a lo singletrack, con un poquito de peralte. Vamos, que me flipé, así que en la segunda curva pierdo apoyo de delante y al suelo. Por suerte, solo me magullé el orgullo (y un par de roces), pero la maneta de freno se movió hacia abajo, lo que hace que no llegue bien a frenar y tenga que bajar con más cuidado.

          Tampoco es que me jugara nada ya, pero llegado al tramo de asfalto esprinto para maquillar mi resultado, parando mi pulsómetro en alrededor de 1:28. Como meta, tenía pensado bajar de 1:45, así que para mí ha sido un tiempazo en mi debut. Resultado final: 200 de 367, 89 de 143 en la categoría Master 30. Los datos de mi carrera (añadiendo la ida y la vuelta) se pueden ver AQUÍ; a destacar que me salen 171 ppm de media.


          A la llegada, vuelve a haber ambientazo y llega el mejor momento: la barbacoa. Sí señor, por lo visto es algo habitual en las marchas de mountain-bike el que haya barbacoa con cerveza y refrescos (aprended, organizadores de triatlón). Y pena que solo pudiera un bocata (de lomo, ternera, chorizos, salchichas), porque me hubiera puesto como el tenazas. Y todo esto aderezado con las batallitas de los compañeros, los semi piques, los "en la siguiente marcha te reviento" y demás chascarrillos.

          Así a modo de resumen: la marcha me gusto bastante, tanto por el recorrido como por la organización y la cercanía a casa. Muy contento por mis sensaciones personales, tanto físicas como mentales, y por el resultado final. Y sobre todo, porque haciendo MTB disfrutas hasta en las subidas más agónicas. Sin duda, repetiré...

martes, 2 de febrero de 2016

Adios al 2015: Resumen anual

          Siguiendo con la tradición de este blog (como en 2011, 2012, 2013 y 2014), toca resumir y hacer balance del año triatlético. Los fríos números ya hablan por sí solos:


          Es el año que menos he nadado con diferencia (menos de la mitad), he montado algo en bici y he vuelto a las andadas de correr poco/poquísimo. Y eso contando con que la mayor parte de la carga del año vino de enero a marzo de 2015.

          En cuanto a competiciones, este año he competido en: 

- Medio Ironman de Elche - Arenales 113: objetivo de todo el año, debut en media distancia con la idea de acabar dignamente. Acabé casi dignamente y sub 6 horas.

          Y ya, punto. Ese es el extensísimo resumen de competiciones en 2015. Después de Arenales me tomé una semana de descanso total, semana que se tornó en 3 meses (con un calurosísimo verano de por medio), y a partir de ahí sin motivación ni real ni virtual he entrenado un poco a la que salta. Y sin planificación, ni motivación, ni otras muchas palabras acabadas en "ón", eso aboca al desastre en cuanto a rendimiento deportivo.

          Esta falta de motivación casi total me llevó a abandonar el blog (estuvo dado de baja un par de meses), y a replantearme seriamente los objetivos presentes y futuros. Así que para 2016, el objetivo primario, secundario y terciario va a ser... (redoble de tambor)

HACER LO QUE ME APETEZCA

          Así de sencillo, así de fácil.Y no me refiero a tirarme al sillón a ver series noventeras con un bol de riskettos (por muy tentador que esto suene), sino a plantearme competiciones que me atraigan tanto por el día de la batalla, como el entrenamiento propiamente dicho. Y de momento, eso pasa por dedicarle más tiempo a la disciplina que marcó mi adolescencia, y que estos años he tenido bastante olvidada: el ciclismo de montaña. 

          Con la total certeza de que este año sí cumpliré todos los objetivos propuestos en esta entrada, la cierro con la que para mí ha sido mi imagen triatlética del año. Condensa el cumplir objetivos, y hacerlo con quien ha sufrido mis horas de ausencia por entrenar tanto como yo esas horas de entrenamiento.