lunes, 29 de diciembre de 2014

III Carrera familiar Trinet (14-XII-2014)



          Por tercer año consecutivo (2013 AQUÍ y 2012 AQUÍ) nos embarcamos en ese día de competición festiva, o de fiesta competitiva de la Carrera Familiar de los amigos de Trinet. Un día para disfrutar con la familia, y que siempre tiene ese puntito competitivo para probarte a ver qué tal va la pretemporada. Y este año, el desembarco era total: las tres generaciones de la Armada Izquierdo al completo: Abuelo, padre, tío, e hijos.


          Para variar llegamos prontísimo, así que después de saludar a los organizadores (¡Hola Javi y Krisztina!), recoger dorsales y calentar, nos vamos preparando para la primera carrera: duatlón para niños. Después de duros meses de entrenamiento, el campeón estaba preparado en su máquina último modelo (prototipo no comercializado aún)

Bici de contrareloj y casco aero

          En su carrera, había atletas de gran nivel, con más años de entrenamiento que él, por lo que se preveía bastante disputada. Así que bueno, más que nunca, lo importante era el participar y acabar. La tensión se mascaba en la línea de salida. 

Alberto era el más bajito (y seguramente el de menor edad)

          Al dar la salida, el futuro campeón salió a tope por la calle de fuera, ignorando mis gritos de "ve por la cuerda que es más corto" y de "no hagas eses y corre en recto". Al llegar a la bici, le ponemos el casco y empezamos a rodar, pero el pobrete iba tan a tope que a medio camino empieza a decirme que está muy cansado y que deja la bici y sigue corriendo. Así que papá remolca la bici en una mano, y al futuro campeón en la otra andando hasta la línea de desmontaje. Allí dejamos la bici y el casco, y enfilamos la larga línea de meta, donde vuelve a recuperarse y acaba corriendo otra vez. Aunque salió a tope y se desfondó a media carrera, su cara cruzando la meta lo dice todo.


          La segunda carrera del día (quitando la de benjamines a la que Alberto no participaba) era la de relevos. Primer relevo de 400 metros para el integrante más joven y el más mayor del equipo (abuelo y nieto), 1500 para mi hermano y 3000 para mí;. En la línea de salida se mascaba la tensión...


          La salida ya intuía cómo acabaría nuestro primer relevo: Alberto a tope y el abuelo intentando llevarle por su lado...

¡¡Pero ir por el interior que es más corto!!
         
          La primera posta acabó en posiciones retrasadas, y toda la responsabilidad recayó en el hermanísimo. Relevo rápido y a recuperar posiciones.

 Relevo generacional (literalmente)

          Después de una vuelta de 1500 en la que me consta que remontó todo lo remontable, llega mi turno: relevo rápido y a correr para apuntalar la posición.


          En mi caso, poco puedo contar de gran parte de los 3000 metros que me tocaban: intenté ir a un ritmo "ágil" (4:24 min/km) , sin reventar pero sin ir cómodo en ningún momento, y vigilando de reojo a la gente que tenía delante y detrás. 

          Llegando al tartán para acabar los relevos, veo como un corredor se va acercando peligrosamente por detrás, afilando los colmillos. En vez de apretar (y reventar a los 50 metros), sigo a un ritmo "cómodo" esperando su movimiento desde atrás. Acaba la recta de contrameta, y en la curva ya veo como empieza a adelantarme. Subo una marcha para ponerme en paralelo, vuelve a apretar a lo que yo vuelvo a responder subiendo aún más mi ritmo, y él vuelve a apretar. Como si fuera un mítico sprint entre Kris Gemmell y Bevan Docherty, o entre J. Brownlee y Gómez Noya, apretamos hasta cerca de la meta, donde el más fuerte ganó. Y no, no fui yo...

 "La importancia de hacer series en pretemporada"
   
           Después de recuperarme físicamente (que no psicológicamente por mi orgullo triatlético herido), nos preparamos para la última carrera de 6000 metros. A estas alturas de temporada (comienzo de pre-temporada), el objetivo era bajar de 5 min/km.


          La carrera, aunque más larga que la anterior, no tuvo mucho misterio: ritmo constante de entre 4:50 a 4:55 (al final salió una media de 4:52 min/km), codo a codo con mi hermano, incluso parloteando en determinados tramos. Tan juntos íbamos, que en determinados momentos hasta llevábamos la misma zancada.

 Ríete de los Brownlee

          ¿Ritmo cómodo? Se supone que entonces acabaríamos enteros y con fuerzas. Pues una imagen vale más que mil palabras. 


          Acabada la carrera, y a sabiendas que no habíamos rascado ningún podio, viene lo mejor del día: la rifa /sorteo. Se me ha olvidado decirlo, pero todas las carreras estuvieron aderezadas con los gritos y ánimos de Javi, a nivel de cualquier speaker profesional. Y la espera por el sorteo valió la pena: nos cayeron un par de regalos, a Alberto le dieron otro regalito por ser de los más pequeños, y aunque mucha gente se fue, nos quedamos un rato con la comida en donde cada uno puso un poco de su parte. Hasta el cielo puso de su parte, ya que daban lluvia y aguantó el cielo todo el día. 

          Resumiendo: una carrera familiar / quedada entre amigos totalmente recomendable, con un ambiente festivo y de camaradería que invita a repetir (¡¡yo ya llevo tres veces!!). Y una cantidad de premios en el sorteo impropia de este nivel de carreras, donde se demuestra que la gente de Trinet se trabaja mucho el evento.

          Y como epílogo, una anécdota. Esperando al sorteo, se me acercó el compañero que me quitó las pegatinas en el sprint de los relevos, y me dijo que sentía haberme adelantado así. Mi respuesta, sincera, fue que las carreras acaban en la línea de meta y que me había ganado bien ganado. Y oye, cosas así son un puntito de motivación extra para entrenar series...

martes, 7 de octubre de 2014

V Media Maratón de Alicante (5-X-2014)

          Hay cosas que, por una u otra razón, siempre se van quedado aparcadas. Puede ser por falta de tiempo, puede ser por falta de ganas, puede ser por algún imprevisto que siempre sale; generalmente suele ser por todo eso a la vez. Y el proyecto de hacer una Media Maratón era una de ellas. El hacerla en 2014 salió casi como una broma entre mis primos maternos, mi hermano y yo, y esa broma fue materializándose hasta tomar forma en este reto, casi como una excusa para poder juntarnos toda la familia. 


          Para evitar tentaciones de retirada de última hora, me apunté pronto (8 de julio), e intenté entrenar algo, aunque siempre más enfocado a triatlón que no a carrera a pie pura. Así que, para variar, llegué corto de entreno y con ciertas molestias en la fascia plantar de un pie; situación quasi perfecta para en el caso de quedar muy mal, poder poner alguna de las dos como excusa. 

          El día M/2 llegó, con previsión de tormenta. Allá que nos encaminamos mi hermanísimo Luis y yo hacia el Mercado Central en el tocayomovil (con Borja, Jesús y Navalón), y donde esperaban Sergio y Jose (primos) y el grueso del Stadio: Josep, Salvatore, Carles, Miguel y algo más abajo Eliseo. 

          Como no podía ser de otra manera, me estaba meando antes de la carrera, así que vamos a buscar un aseo y encontramos dos aseos dos en la explanada; ¡¡¡dos aseos para 2000 personas!!! (aunque decían que arriba había más). Total, que para variar no caliento porque salgo del aseo a las 8:58, justo para salir corriendo con la familia hacia la línea de salida, y coger sitio atrás del todo. 

          Bromas varias, cachondeo con los primos y suena la salida. Y nosotros como si nada, que había mucha gente delante. Según el tiempo oficial, tardamos dos minutos desde que dieron la salida hasta que pasamos el arco.

 Los primeros ya han acabado con la Rambla, nosotros no habíamos empezado a correr...

           Cuando por fin cogemos la marcha, lo hago con una premisa clara: primera vuelta a rodar tranquilo, controlando pulso y ritmo, que no quiero acabar andando. A los primos los habíamos perdido antes de la primera curva, así que mi hermano y yo fuimos a la marcheta la primera vuelta, friendo a mi pobre hermano todo el rato con la frase: "uffff, vamos muy rápido, un puntito por debajo". 

Seguramente la única foto en la que salgo sonriendo

          Toda la primera vuelta fue intentando ser muy conservador, tanto de pulso como de ritmo. Al salir desde atrás, e ir de los últimos, no nos adelantaba casi nadie, así que íbamos a nuestro rollo por las calles más céntricas: la FNAC con sus groupies de Auryn, Maisonnave sin el "compi", Aguilera, Babel, Catedrático Soler, Explanada y Puerto. 

Acercándome a la decena, ya empezaba a mirar serio al frente

           Acabando ya la primera vuelta, calculo de memoria que la pasamos en 55 o 56 minutos, por lo que nos íbamos a cerca de las dos horas a ese ritmo. Muy conservadores, pero mi objetivo primario era bajar de las dos horas en la prueba (el secundario de ganar la carrera era algo más complicado). Así que en la segunda subida a la Rambla, con el recorrido ya conocido, subimos un minipunto el ritmo. Y justo al hacerlo, veo en la cuneta a Borja, que ha salido a tope y ha pagado el esfuerzo en el 10k: o mejor marca o reventar, buena filosofía.

        En la larguísima recta de Maissonave-Aguilera-Babel, empiezo a notar ya el esfuerzo en las piernas, pero también empezamos a adelantar gente que va petando, lo que nos va dando ánimos. Ya empiezo a alternar el "vamos muy rápido, baja un punto" con un "verás como acabamos recogiendo cadáveres", fruto de nuestro ritmo-pachorra y de ir de menos a más. Y así es, poco a poco vamos adelantando gente que se ha pasado y le costará llegar a meta. Y para dejar detalles de mi globerismo, me paro a andar en el segundo avituallamiento de Babel.

          A la altura de la Plaza del Mar paso por delante de L. Falcó, que me anima a subir el ritmo. Le respondo como puedo, y justo de detrás me dice un corredor: "Venga Andrés, que sí que puedes apretar". Total que nos ponemos a hablar, y resulta que el chico ya había acabado la media, y estaba dando una vuelta más "para soltar las piernas". Total, que le digo que tire que yo ya voy tostadico, y me dice que no, que va a mi ritmo. Y diho y hecho, fue a mi lado charlando y casi llevándome en volandas hasta la meta. No sé si leerás esto Nacho, pero espero que se dé bien el Campeonato de España de Maratón.

          La última subida a la Rambla ya es agónica (¡un saludo Kiko!), aunque en la bajada intento sacar un puntito más y alargar todo lo que puedo la zancada. Y mi agradecimiento al compañero (que hizo segundo en su categoría) queda inmortalizado.

¡¡ Gracias Nacho!!

          Pasando meta, se desata la alegría: tiempo de mi pulsi 1:54:30 (datos AQUÍ), refrendado en un segundo más cuando me graban la medalla. Posición 788 de 1198 (según tiempo desde que dieron la salida), con parciales en progresión. Ni la organización, ni Connect ni Strava se ponen de acuerdo ni en los metros ni en mi ritmo real, así que dejo el tiempo oficial y todos contentos.


          Llegada, abrazo con mi hermano (que me ha hecho una triatleta en la recta de bajada), avituallamiento escaso a la hora que llegué (ya no había ni isotónico, ni fruta, ni agua fría ni snacks), y fotitos para inmortalizar el evento. La gentuza del Stadio ha hecho tiempazos en la carrera, así que por pura envidia no pienso ni mentarlos...


          Y el premio gordo: barbacoa familiar para poder recuperar esas más de 2000 kcal que dicen que he consumido corriendo. Y vaya si las recuperé...

 De derecha a Izquierdo (jo, jo) mejores tiempos en la familia en Alicante


          Resumiendo: muy contento con mi debut en media distancia corriendo, no tanto por tiempo sino por sensaciones y por la forma de correrla: mucha gente del club, con primos y hermano, en circuito conocido. No habíamos acabado y ya me estaban proponiendo nuevos retos en media, así que... ¿quien sabe si esta carrera será el primer ladrillito para mi particular #RoadToElx?

sábado, 13 de septiembre de 2014

V Valencia Triatlón Sprint (6/IX/2014)

          Segundo año que hago el Valencia Tri, después de las buenas sensaciones que tuve el primer año (crónica AQUÍ). Imposible faltar, y más con el plus de hacerlo con mi hermano (al que tengo que agradecer su hospitalidad). Crónica-ladrillazo... ¡¡allá vamos!!


          Al igual que el año pasado, el triatlón empezó el día anterior (viernes) con el viaje y acomodación en casa de mi hermano. Este año, por circunstancias, fui solo a Valencia por lo que no hay tanto material multimedia como otros años. Y viendo en las pocas fotos que he visto, casi lo prefiero, porque el mono de este año acentúa mi voluptuosidad de forma exacerbada...

          Esa misma tarde fuimos a recoger el dorsal, dejar la bici ya en la transición y echar un ojo a la feria. Y me dejo el chip en casa, que para variar no estaba vinculado a mi nombre (por segundo año es el único triatlón de la temporada en el que ocurre esto)


          Después de marcar y dejar la bici en boxes, damos una vuelta por la feria (con múltiples rebajas y demasiadas tentaciones), y nos vamos al briefing express de las 18:30. Charlita que se hizo sentados en el suelo, al sol de Valencia a media tarde....


          De ahí a casa, a relajarnos y terminar de preparar los bártulos para el día siguiente. Charlita, cena y a dormir pronto que a las 5 tocaba despertarse. 

        Suena el despertador, y cuando quiero darme cuenta ya estamos por la zona de transiciones. Parte del madrugón era para evitar meter el coche en el aparcamiento, que el año pasado fue gratuito y este año era de pago (vaya susto le habrán dado a más de uno al sacar el coche). Por suerte, como a estas horas solo estaban los del super sprint, los descartes de la noche valenciana y los masocas (nosotros), no tuvimos problemas de aparcamiento. De camino, un cartel recordatorio del nivel de los hermanísimos:


          Entramos pronto (¿he dicho que llegamos a las 7 AM?), preparo la transición con cuidado: dorsal preparado, zapatillas en la bici con gomas, zapatillas de correr mirando a la salida, etc. 


           De paso, aprovechamos para inmortalizar el momento, ya que fue la única foto que pudimos hacernos juntos (yo salía en la primera salida, mi hermano en la tercera). Y nos vamos a ver la salida del agua de las chicas del triatlón de la mujer. 

 

          Abro un inciso sobre esto: la salida del agua era por un pantalán estrecho y flotante, que hacía un embudo y que provocó algunos tapones y una situación bastante peligrosa. Cuando la salida del agua empezó a parecerse a algo parecido a una matanza, varios de los espectadores animamos a los voluntarios que estaban mirando desde el muelle a que echaran una mano a las chicas, cosa que hicieron. Después de eso nos fuimos, y al volver para ver la salida del agua del super sprint, un coordinador de voluntarios (o algo así) nos reconoció del rato anterior, se encaró con nosotros y nos recriminó que habíamos insultado a los voluntarios. Después de aclararle con educación que estaba equivocado, va y nos dice que no tenemos por qué decirle a nadie como trabajar, y que los voluntarios tenían órdenes estrictas de no sacar a nadie del agua. Un 10 para ti, chavalote...

          Incidentes con la organización aparte, se va acercando la salida de federados sprint, así que caliento como deberiá calentar siempre: trote, progresivos, bien los hombros, flexibilidad. Y todo eso ya sudando la gota gorda, lo que indicaba que hacía calor...

          Nos llaman para la cámara de salida, y allí coincido con Rodrigo "del Arena", con el que pasa la espera entre batallitas. Al tirarnos al agua, aquello parecía un jacuzzi más que el mar (28ºC de temperatura).

 

          Me posiciono atrás en la línea de salida, para variar, y cuando dan la salida (¡¡MEEEEC!!) intento salir a tope, adelantando a unos cuantos y poniéndome en línea recta con la boya, viendo como muchos iban por dentro.


          La natación, esta vez, me la tomé menos conservadora, intentando ir a ritmo medio pero sin dormirme en los algueros. Doblando las boyas me abrí un poco, pero tuve una natación muy limpia sin coger pies de nadie, pero a un ritmo que me pareciá bueno. Llegando al pantalán - embudo dejo pasar a alguno para poder subir de un salto (¡HOP!) y empezar la larga transición.

          La T1 no tuvo mucho misterio: correr hasta la bici, tardar 30 segundos en ponerme el dorsal, y 15 segundos en ponerme el resto, salir corriendo hasta la línea de montaje y montarme de un salto, poniéndome las zapatillas con las gomas en el primer intento. 

          El inicio del tramo de bici fue calcado al año pasado: voy fuerte con otro chaval hasta coger un grupete, me llevan con la goma y acabo descolgándome. Después de rodar en tierra de nadie un par de minutos, me coge por detrás un chico que llevaba un par de rémoras, al que aguanto y con el que acabo dando relevos todo el segmento de ciclismo. Curiosamente, el chico ("Suso") sale en la foto  del pantalán cerca mía, y fue una providencia coincidir en el grupo porque íbamos  al mismo ritmo y con la misma mentalidad de dar relevos, no así el resto del grupo (6-8) que no se mojaron prácticamente delante. Como mi losa es la carrera a pie, tácticamente me interesaba endurecer la bici para intentar reventar a algún compañero, y es lo que intenté. 

          La T2 no tuvo mucho misterio, salvo que la entrada era justo después de una rotonda de 180º que se tomaba a toda castaña. Entrada MUY PELIGROSA, y más si llevabas los pies sueltos (y si no los llevabas no podías frenar y sacarlos a tiempo). Llego a mi sitio, dejo la bici, me calzo las Newton MV2 y a correr. 

          La carrera, también calcada al año pasado: mucho calor (¿lo había dicho antes?), un solazo que partía las piedras y calma chicha en viento. A diferencia del año pasado, salí a correr con un ritmo medio, con los gemelos respetándome, y enseguida adelanté a dos chavalitos de mi grupo de bici que llevaban los gemelos totalmente bloqueados (lo cual me animó aún más). Y el resto de la carrera a pie, al ritmo con el que creía que no petaría al final, y bebiendo lo justo en el avituallamiento. Ah, y con los ánimos de Miguelón, al que vi por allí y que me dio pequeños empujones en la carrera a pie. 

Foto sacada de la web de TriEvent

          Segunda vuelta agónica, buscando la sombra, y subida al Veles i Vents maldiciendo al que diseñó ese costarrón antes de la meta. Como sabía que no venía nadie por detrás (no podía ni girarme, pero pregunté a varios del público), y no cogía al de delante, no esprinté salvo para parar mi peso en la cuesta abajo de meta. Después de la llegada varios voluntarios me preguntaron si necesitaba al médico (....), avituallamiento bastante abundante donde desentonaba un isotónico infame,  y colofón con fresas deshidratadas. De ahí masaje, donde se negaron a soltarme el hombro, y a esperar a mi hermano, al que no conseguí ver cruzar la meta. Eso sí, vi a bastante gente cruzar la meta y nunca había visto tantas petadas y tantos vómitos en la meta.

          En total, puesto 72 de 624 en categoría masculina para 1:17:31. Para los curiosos, los segmentos de mi pulsómetro (integrando las transiciones) fueron: NATACIÓN - CICLISMO - CORRER. Y en resumen, comparando con el año pasado:


          Dos minutos y medio menos, por lo que estoy muy contento con el resultado, ya que no las tenía todas conmigo. Curiosamente, la mejora más grande ha sido en natación, que ha sido lo que menos he entrenado este año. Mi hermano también bajó su tiempo, así que doble alegría.

          Resumiendo, que ya va tocando: al igual que el año pasado, un triatlón relativamente bien organizado, con algunos puntos del circuito a mejorar, pero que me gusta bastante. Aún así, de precio bastante alto, con mucha gente, por lo que no sé si repetiré el año que viene (al menos el sprint). Eso sí, totalmente recomendable para debutar.

domingo, 3 de agosto de 2014

II Acuatrail Cabo Las Huertas (3-VIII-2014)

          Al igual que el año pasado, en agosto tenía marcada la fecha de uno de los pocos acuatlones que se hace por aquí, el acuatlón del Cabo Huertas. El año pasado acabé bastante descontento (crónica AQUÍ), por lo que este año me apetecía desquitarme.



          Toca madrugar (la competición empieza a las nueve), y me voy para allá con los cachorros del Stadio (Marc y Emilio). Llegamos, cogemos la bolsita del dorsal, y preparo la transición. Este año volvíamos a tener las cajas de cartón, pero esta vez ordenadas por número en la alfombra roja de la transición. Mientras me cambio van poniendo las boyas, y para variar llego justísimo a la salida, sin calentar ni la carrera ni el agua. Ya lo pagaría, ya....

          Salida más o menos limpia a tope, y empiezo a nadar a todo lo que doy siguiendo las boyas. Enseguida me meto en una marea de nadadores que me van dando toques (y a los que voy dando toques), mientras busco unos pies que no encontraré. Así que ponemos ritmo de crucero y a disfrutar del fondo. No lo había dicho antes, pero el mar salió planchado y con unos 20 metros de visibilidad, por lo que durante toda la natación pudimos ir disfrutando del fondo y de muchos pececicos. 

          A la vuelta de la boya, al ser un recorrido lineal, empieza la "diversión". Eso, claro, si entendemos por diversión cruzarnos con los que venían de ida nadando, pudiendo chocarte de frente con los que estaban algo más rezagados. A mí ésto me pareció entretenido, pero he escuchado varias quejas al respecto después de la carrera. 

        Salgo del agua con la sempiterna sensación de haber nadado muy lento pero estar cansado. Transición lenta, me pongo calcetines con los pies enarenados (me olvidé del imprescindible botellín de agua y la toallita en la mochila), y a correr por el monte. Pasando el arco de meta veo que llevo ya 20 minutazos, primer mazazo mental. 

Foto de la galería de mychip

          El segundo mazazo (y tercero, y cuarto, y ....) vendría a los pocos pasos: las piernas no iban. No solo tengo un calor bestial, sino que mis sobredesarrollados apéndices inferiores dicen que nanai, que correr es de cobardes y que quieren descansar. Y cuando uno no va, no va, así que toca tirar de fortaleza mental y empezar a distraerte con jueguecitos, como ir contando de diez en diez las personas que te van adelantando, o tarareando alguna canción al ritmo del chof chof que hacían mis Salomon. Otra cosa que dicen que funciona es repetir frases motivadoras y mantras triatléticos, de los que puedo destacar: "No sé qué @#$% haces corriendo con este calor, párate ya de una %&$#@ vez", "Cuando me ponga a andar abandono" (la 10 u 11 vez que me puse a andar), "Qué bien te vendría un bañito en la cala de ahí abajo y no estar sufriendo en el secarral de aquí arriba". Todas verídicas letra por letra, y repetidas muchas veces en mi cabeza. Y aún quedaba la parte de arena....

 Ajustado la correa del Garmin (o rezando para que se acabe pronto)
Foto vista en el FB de Javier Broncano

          Después del nonagésimo tercer mazazo, del paseo por la arena (donde anduvo casi todo el mundo), y de ver que no había avituallamiento, ya me lo tomé con filosofía (con aún más, digo...): corriendo al chino-chano, andando cuando subía de pulsaciones (ya fuera cuesta arriba, plano o bajando), y de cachondeo con el personal. Pensando ya en el avituallamiento, en la recta final me adelantó hasta el Tato, no hice ni ademán de esprintar y entré casi andando. Total, para qué, si mi carrera la había echado por la borda en los primeros 100 metros de carrera a pie. En la foto no se aprecia totalmente, pero entrando a meta hubo gente que se apartó pensando que venía de un capítulo de The Walking Dead.

Foto de la galería de Alicante running

           Una vez acabada la carrera, voy trastabillando hasta el agua, donde coincido con Pableras, que ha hecho un carrerón (que lo confirmaré después por una foto suya, creo que Norseman tendrá que esperar algún año más). Después de bajar unos grados mi temperatura, voy recogiendo mientras confirmo que los cachorros (Marc, Emilio y Guillermo) han hecho segundo, tercero y cuarto de la general, Eliseo también ha hecho una grandísima carrera para estrenarse en el circuito, Karin salió delante mía del agua y no llegó mucho después que yo. Saludo también a Carlos médico, a Nassar y algún conocido más  y me atiborro literalmente de líquido; si no me salen mal las cuentas hablamos de 8 vasos entre Cocacola, isotónico y agua (y mi botella de 2 l. no llegó a casa).

          Para los entusiastas de los números, tengo que decir que hice un minutazo y medio más que el año pasado (que tenía 1'5 km más), por lo que se oficializa: he PETADO como un pez al sol (quizá la metáfora adecuada sería un cachalote varado). He quedado el 128 de 240 de la general, 52 de 85 de mi categoría, tiempo oficial 51:51.

          Los datos de mi Garmin los podéis ver aquí: NATACIÓN (1,17 km) y CARRERA (4,6 km).

          Sobre la organización, decir que al igual que el año pasado no me deshice precisamente en elogios, este año el recorrido estaba bien señalizado, había muchos voluntarios y la organización fue bastante puntual, con un avituallamiento más que digno. Como todo, hay puntos a mejorar, especialmente en la natación (el recorrido en línea de ida y vuelta, o el gorro sin rotular), pero este año sí que me gustó la carrera. Ah, y la camiseta naranja me ha parecido súper molona (de la muerte)

          Siempre he escuchado que de las malas carreras se extraen valiosísimas lecciones. Esta carrera (que pasa por estar en el top 2 de carreras sufridas junto al Duatlón de Benidorm) me ha dejado varias lecciones, a cuál más valiosa para mi crecimiento como deportista. Pero si tengo que extraer alguna, diría que la principal lección de hoy es: "NO CORRAS EN AGOSTO"

EDIT: En Mychip hay 3 galerías de fotos (1, 2 y 3), y la gente de Alicante running ha colgado en Facebook una extensa galería del evento (AQUÍ)

EDIT2: Javier Broncano ha colgado en Facebook una galería en abierto con bastantes fotos: AQUÍ

martes, 17 de junio de 2014

IV Triatlón Cross de Santa Pola (8/VI/2014)

          Por tercer año consecutivo, estaba apuntado en el Triatlón Cross de Santa Pola. A diferencia de mi debut (crónica AQUÍ) y de mi segundo año (AQUÍ), este año me lo tomé como uno de los objetivos del año. Y para ello, además de ciertas mejoras de material (bicicleta de 29" nueva, voladoras radicales), entrené con cabeza y constancia pensando en bajar el tiempo de otros años. Con los deberes ya hechos, incluso reconociendo el circuito de MTB varias veces con tiempos prometedores, llegó la gran fecha.

INCISO: La "Transición cero" ocurrió durante el sábado por la mañana. Por razones desconocidas, el disco delantero de la bici de mi hermanísimo dejó de frenar. Una visita a toda prisa a la tienda de Apedales, y una reparación de urgencia (una hora desde la recepción de la bici hasta su entrega) lo solucionó. Comento esto porque quiero agradecer públicamente la atención de urgencia que nos dieron.   

Y ahora así, comienza el ladrillazo...


           El Tricross de Santa Pola, oficialmente, empieza el día anterior con la recogida de dorsales y colocación de la bici. También se puede hacer el domingo, pero el ambientillo que hay en el Castillo ya te va metiendo en "modo competición".


          Por primera vez en muchos años iba con una bici actual (y no con mi ya clásica Sunn de hace 15 años), lo que aumentaba aún más el puntito postureo. Y mi hermano, como se puede apreciar, tampoco es que fuera precisamente cojo con su montura...

 Nuevas monturas, viejos rockeros

         Una vez en el castillo, recogida de dorsal (en mi caso el premonitorio número 100), recogida de camiseta (molona), rotulado de extremidades y nos vamos hacia la transición. Por supuesto, por el camino más largo y concurrido para lucir monturas ya con los dorsales puestos. Y como todos los años, con las bridas largas porque se nos olvidaron las tijeritas...

         Entramos a la transición, vamos comentando las bicis que vamos viendo, y la casi media maratón que hay que hacer para cruzar la transición entera, y llegamos al puesto de mi hermano. Y empiezan las risas: su bici no entra en la barra por altura (y es una talla 19"). Llamamos a un oficial, viene, toma nota y nos dice que se soluciona tumbando la bici hacia un lado, cosa fácil con la transición vacía pero complicado con el escaso hueco y con todo apretado. Punto a mejorar para otros años, y que según he visto en las redes sociales hay más de una queja por ello. En mi caso, la bici entraba justa en la barra, e inmortalizamos el momento.

¿Os he dicho que llevaba el 100?

          Y del sábado poco más que contar: visualizar las transiciones decenas de veces, pasta party en un restaurante con la familia, preparar demasiado tarde la mochila, manchar las sábanas con la tinta "indeleble" del brazo, tardar mucho en dormir y todo eso.


           El domingo toca madrugar, y a las 8:15 estamos ya en Santa Pola. Como la primera salida es a las 10, nos lo tomamos con bastante calma, monto mi transición, estiro y caliento en un banco con las gomas para el segmento de natación. De paso, saludo a todos los compañeros con los que coincidiré en la competición: Pableras (con su bici al lado de la mía), Luis Falcó, Ángel, Emilio (que acabó haciendo podio). Y poco antes de la cámara de salida, me meto en el agua para probarla. Y estaba fría, pese a la increíble (li-te-ral-men-te) escalada de temperatura en la última semana.


          Total, que acabé en la cámara de llamadas sin haberme mojado, pero con ganas ya de empezar a competir, y codo con codo con Pableras (sería el único momento de la competición en el que estuve a su lado). Colocado varias filas atrás, pero por la parte de dentro, suena la salida y salimos en tropel para la primera boya.

Saliendo a tope. Se me ve justo en la vertical de la palmera...

          Del agua no tengo demasiado que contar: agua muy limpia, pasé las boyas casi sin toques, aunque me comí un grupo de unos 10-12 tíos sobre el 400-500 que iban en línea y eran imposibles de adelantar. Girando ya hacia el arco de la playa apreté un poco, pero sabiendo que no había ido demasiado rápido.

Foto vista en FB de Rubén Navarro


          La T1 se me hizo bastante larga, aunque no me adelantó casi gente. Cuando llegué a la bici lo entendí, ya faltaban muchas bicis de los de mi categoría. Al no llevar traje, transición rápida, medio bidón al estómago y a salir corriendo. Justo en la línea me monto, meto los pies en las zapatillas a la primera y a rodar. 

          En la parte de asfalto de la bici fui rápido, incluso casi en grupo. Esto lo aguanté hasta los toboganes e incluso en el repecho de subir al Cabo, pero en la parte cementada empecé a flaquear un poquito. Vamos, justo donde sacan la foto los de Chiplevante...


          El resto del circuito de bici fue más o menos como estaba planificado: bajadas muy rápidas, se me atragantó algún falso llano hacia arriba, en alguna curva muy rápida me faltó algo de apoyo delante y casi me voy al suelo, y adelantándome gente, pero pocos. Y lo que es importante, sintiéndome rápido y con fuerza. 

          La parte final del circuito la hice solo, teniendo como referencia a otro competidor a unos 50-60 metros al que no podía dar caza de ninguna forma. Ni siquiera bajando en plan casi kamikaze en la parte final (con la consiguiente pasada de frenada en la curva del instituto), ni cogiendo 65'1 km/h de máxima en la cuesta de asfalto.

          Acercándome a la T2, me suelto los velcros para desmontarme descalzo de la bici, y es aquí donde adelanto al competidor (y a otra persona), en la larga recta de entrada a la transición. Me descuelgo de la bici, y voy así hasta centímetros de la línea de bajada, frente al estupor de un voluntario y de un juez que me gritaban que bajara ya. Curiosamente, todos los años tengo la misma foto en el mismo sitio:

Apurando que es gerundio

          Bajo corriendo a lo que puedo, paseo la bici por la laaaaaaaaarga transición, veo al llegar que la bici de Pableras llevará un rato allí, y cuando voy a meter mi bici no entra bien por la altura de la barra. ¿Comenté ya que las barras estaban demasiado bajas? Pues eso...


         Rápida transición donde me calzo las voladoras, bebo algo de agua y salgo hacia los 4'8 km de carrera a pie. Con ganas de apretar y de no perder muchos puestos, aunque las piernas no están demasiado por la labor, por lo que las primeras zancadas son al ya patentando estilo Robocop

Ñiiic, ñiiic (sonido de las zancadas)

          Más o menos en el primer km empiezo ya a coger ritmo de crucero (4:45 min/km), ritmo que ya mantendría hasta el final de la carrera. Mirando el pulsómetro continuamente, de pulso iba bastante bien (tenía margen para subir) pero las piernas no estaban por la labor de ir más rápido, así que a disfrutar del mar y de las vistas mientras la gente me va pasando.

Fotos vistas en el FB de Travesías Mitos

         Llegando al final del paseo, en el único tramo de campo a través de la carrera (50 metros de arena), empiezo a flaquear un poquito en la carrera. Miro el pulsómetro, echo cálculos, y veo que si aprieto un poco puedo estar por debajo del 1:30 que marcaban mis mejores previsiones. Así que aprieto los dientes, alargo la zancada y pongo la diana en un desprevenido triatleta que llevo a cierta distancia, pero que se está recreando en la llegada. Y fiel a los principios del Ars Globerus, le esprinto hasta la línea de meta.

La cara de mi compañero de meta refleja la situación

          En total, 1:29:13 , lo que viene a ser 10 minutos (DIEZ) menos que el año pasado, y nueve minutos (NUEVE) menos que el año de mi debut. Posición 182 de 843 masculinos, muy contento por el resultado, por las sensaciones, e incluso por la globerada de la meta (hay que mantener el espíritu vivo del blog). Aquí dejo una comparación de los tres años (2012-2013-2014 de arriba a abajo):


          Datos de mi Garmin: Natación - T1 - MTB - T2 - Carrera

          Pasada meta, una vez recuperado del calentón toca reabastecerse. Y aquí es donde este triatlón brilla mucho: te puedes poner hasta arriba de agua, comida, fruta... ¡¡hasta cerveza!! Allí coincido con Pableras, que ha volado "pese a su bicho de bici", donde nos ponemos al día mientras descansamos a la sombra y vemos llegar compañeros. De ahí a la cola del masaje, donde nos recolocan un poquito y ya a por la familia, que esto se ha acabado.


          En resumen (que ya toca): un triatlón bien organizado, multitudinario y en el que siempre me lo paso bien. Con algún fallito mejorable, pero en general muy contento con la organización y el desarrollo de la prueba. Y aunque sea algo soberbio, muy contento con mi desempeño, que por una vez siento que ha estado a la altura de lo entrenado.